Hoy fui a buscar.
¿El qué?, no lo sé.
Simplemente sentí que debía buscar, que debía coger ese camino y buscar mientras lo recorría pero,....
¿El qué?, no lo sé.
Iba conduciendo
y vi el lugar, dejé el coche al lado de la carretera y caminé, respirando y
oliendo.
Entonces me dí cuenta de que necesitaba oler y saborear los aromas.
Entonces me dí cuenta de que necesitaba oler y saborear los aromas.
Recorrí el camino embarrado, hasta que decidí abandonarlo para dirigirme al cauce de un arroyo, donde cogí unas piedras que me llamaron la
atención.
Entonces
me di cuenta de que necesitaba manchar mis manos con la tierra y sorprenderme
con lo que encierran las piedras. Las limpié e imaginé como crear a
partir de ellas.
Mientras
caminaba veía conejos aquí y allá, intentando esconderse de mi presencia
entre los matorrales.
Entonces
me di cuenta de que necesitaba ver desde otras perspectivas porque todos
los días pasaba frente a ese paraje sin saber que había en él, nunca
había visto a sus habitantes a pesar de que siempre habían estado allí.
Miré
hacia la izquierda y vi un montículo que me incitaba a buscar lo que había al
llegar arriba, ¿el
qué?, no lo sé.
Cuando
llegué a la "cima" descubrí una llanura y sobre ella, la luz
entre las nubes.
Entonces
me di cuenta de que necesitaba mirar al cielo para ver la luz y poder
observar de otra manera.
Y así, sin saber qué buscaba, encontré el principio de una obra, recordé mirar al cielo, vi lo que miraba, respiré oliendo y llené mi espíritu.
No hay comentarios:
Publicar un comentario