Desde
dentro vi lo de fuera, sin alterar el equilibrio, sin interrumpir.
Estaba
meditando en el campo, preguntando sobre la prosperidad, ¿cómo alcanzarla? y me
contestaban, "sigue el camino del Sol", dirígite
hacia el Sol (aún tengo que averiguar que significa esto). Se libre, libérate, exprésate....
Pues
bien, S¡sumida en la meditación, escuché sonidos de animales, algo alterada,
abrí los ojos continué quieta, en silencio, tal y como estaba pero esta
vez con los ojos abiertos, mirando desde dentro lo de fuera. Giré la
cabeza y vi dos perros, que pasaban al lado mío, muy, muy cerca, aunque ellos
no fueron conscientes de mi presencia en ningún momento.
Yo
les pude ver nítidamente, claramente, primero uno y luego al otro, los observé
desde el interior, viendo el exterior sin intervenir, fue por eso que ellos no
notaron mi presencia, no supieron que estaba allí (quizás no estaba).
Fue
una experiencia curiosa, que interpreto como que sólo estando en uno mismo, ves
lo que hay fuera con claridad, porque no estás incluido en el proceso y así la
perspectiva cambia, los elementos actúan, siendo tu un observador. Estás
incluido pero no perturbas, todo está encajado en su sitio, tú eres un simple
punto que observa y aprende.
Autor: Diana Nieto |
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