Hoy propongo un sencillo ejercicio que nos ayudará a retirar de
nuestro interior aquellos sentimientos negativos y dolorosos que tenemos hacia
otros y que dañan nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro alma.
A veces llevamos dentro de nosotros penas, rabias, tristezas y
dolores, hacia otras personas, que nos causan daño, porque no tenemos
el valor suficiente, ni estamos en el momento adecuado, para transmitir a
aquel que entendemos es el causante de nuestro dolor, lo que sentimos.
Aunque lo ideal sería hacer partícipe a esa persona de nuestros
sentimientos desde la tranquilidad y con la única intención de poder liberar
nuestro peso, muchas veces no estamos preparados. Tengo que decir que en
muchos casos si nos atreviéramos a ello, seguramente nos sorprenderíamos
gratamente de lo que el "causante" de nuestro dolor nos diría. Os
aseguro que si podéis llegar a ello vuestra carga se aliviará para toda la
vida.
Normalmente son las personas más cercanas a nosotros las que más daño
nos pueden hacer sentir, un padre, una madre, un hijo...Por eso es aún más duro
poder expresar ante ellos nuestro dolor sin rabia o reproches.
Por ello os propongo realizar un ejercicio que aunque no es tan liberador,
es un trabajo de introspección que te permitirá aliviar la carga que
llevas y que posiblemente pueda ser el paso previo a trasladar lo que
sentimos cara a cara.
Escribe una carta, una carta en la que expreses todo lo que sientes,
traslada al papel todo aquello que quisieras decirle a esa persona que
consideras que te ha causado dolor, todos tus sentimientos, todos tus
pensamientos, todos tus reproches, todos tus llantos y todas las palabras.
Para realizar esta carta te doy una serie de recomendaciones:
- Busca un lugar tranquilo en el que puedas estar sólo y sin que te molesten.
- Prepara una o varias hojas de papel y un bolígrafo (es mejor que escribas la carta de tu puño y letra, esto trasladará tu energía mucho mejor de dentro a fuera y será mucho más beneficioso para ti).
- Cierra los ojos, y comienza a pensar en ese dolor, mientras haces tres respiraciones profundas.
- Abre los ojos y comienza a escribir, comienza a escribir todo, todo lo que reprochas, con gritos, con rabia, con lágrimas, déjalo todo en ese pedazo de papel, escríbelo todo ahí, lo que sentiste cuando,.. lo que pensaste cuando,..., lo que llorastes cuando,...
- Cuando escribas no te preocupes por las construcciones gramaticales o por la ortografía, simplemente, escribe, escribe lo que venga, aunque a veces parezca que no tiene ni sentido.
- Cuando termines tu carta, leela y al terminar respira profundo, dándote un tiempo para sentir y estar en silencio.
- Mete la carta en un sobre, indicando el destinatario, sin dirección ni detalles, por ejemplo poniendo, PAPÁ y échala en un buzón de correos.
Con todo ello conseguimos liberar, limpiar, descargar, porque al bucear en
nosotros, trasladarlo al papel y mandar la carta por correo, la mente
recoge esta metáfora como que transmites al destinatario tu pesar.
Quizás este año, esta carta pueda convertirse en , "tu nuevo principio".
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