TANTRA Y FERTILIDAD, por
María Muñoz, EnergíaVivaYTú.
En una de mis entrevistas
con Diana, me pidió que escribiera sobre Tantra y fertilidad. Pues bien, aquí
estoy, intentando transmitir los conocimientos que sobre este tema he ido
adquiriendo a lo largo de mi vida y mi experiencia con mujeres que venían y
vienen a mí buscando una solución a su “problema” de poder concebir hijos, a
pesar de que sus sistemas reproductivos estén en perfecto estado y capacitación
reproductiva.
Cuando conocí a Diana a
través de su blog, nunca me hubiera imaginado que algún día ella me preguntaría
sobre mi colaboración en sus proyectos. Estuvimos hablando largo rato, sobre
nuestros proyectos y trayectorias, sobre su pasión por el tema de la fertilidad
en estos tiempos y todo lo que ello conlleva alrededor, pues es bien seguro que
el estilo de vida tan vertiginoso en el que la mujer de hoy está sumergida no
es el más adecuado a la hora de conciliar todas las exigencias sociales,
nuestra feminidad y maternidad y su consecuente evolución entorno a este tema,
cada vez más palpable en nuestra sociedad occidental. La oriental, aún va por
otro sendero.
La evolución socio-laboral
de la mujer de finales del siglo XX y lo que llevamos del XXI, se ha convertido
en una constante competitividad con el sexo masculino, hasta el punto de que se
somatiza en nuestra sexualidad. Hoy en día, la mayoría de las mujeres españolas
aún no disfrutan de una sexualidad plenamente sana a pesar de lo que se piensa.
Actualmente cada vez más hombres acuden a mi consulta quejándose de
que no se entiende sexualmente con su pareja y que necesita encontrar algo que
les falta, cuando lo único que necesitan es el amor verdadero,
experimentar una vida sexual con amor verdadero. Suelen quejarse de que
ya no sienten lo mismo con su pareja, pero el problema es que ellas no lo
saben y desconocen que ellos se encuentran insatisfechos.El
problema es que las mujeres, sobre todo españolas, aún no están preparadas
y a la mayoría nadie les ha hablado de esto, lo cual no ayuda a solucionar el
problema, una cuestión totalmente educacional y que se puede superar con los
medios adecuados. En consecuencia, la pareja se va distanciando, situación que
muchas veces se agrava más, cuando sus relaciones se convierten en una búsqueda
incontrolada de una maternidad, en muchos casos condicionada por un estrés de
vida que es totalmente incompatible con dicha finalidad, o como excusa para
mantener “viva” su relación, cosa totalmente errónea y que acarrea fatídicas
consecuencias….
Por todos es sabido que
cuando una mujer se encuentra inmersa en un alto estado de estrés, se ve
reflejado casi irremediablemente en su fuente de vida, en la reproducción y
sexualidad sana. Otros condicionantes, por supuesto, son los fisiológicos. Está
claro que la medicina alopática avanza a pasos agigantados, de ahí que se pueda
tener hijos, fácilmente, a edades posteriores a los 35 años, con las
consecuencias físicas, emocionales y mentales que ello conlleva, pero la
especie humana no avanza evolutivamente al mismo ritmo, por lo que nos guste o
no, no es la mejor edad para ser mamás por primera vez. Los mismos ginecólogos
lo dicen… Si no, ¿para qué desarrollar nuestra fertilidad entre los 10 y 14
años aproximadamente? No quiero confundir a nadie, y tampoco digo que tengamos
que volver a los momentos y estilos de vida de nuestras antecesoras, cuando
algunas eran mamás antes que niñas, (eso pasa también ahora, por supuesto),
pero es cierto que los biorritmos no son los mismos según pasa el tiempo y no
aguantamos las cosas igual a los 20 que a los 35 y mucho menos a edades
posteriores. Así, nuestra vida fértil va en disminución según envejecemos, no
olvidemos que sólo el sexo masculino es fértil toda su vida. Si a estos
factores les sumamos los niveles de estrés y contaminación en los que estamos
sumidos socialmente, las probabilidades de concebir natural y fácilmente se
complican con notoriedad.
Los métodos actuales de
fertilidad son muchos y muy avanzados, pero siguen existiendo los naturales,
métodos muy ancestrales que se han ido transmitiendo de generación en
generación, como ocurre con el Tantra, cuyos conocimientos sobre la sexualidad
masculina y femenina se han venerado a través de los siglos en India y que ahora
occidente hereda. En la sexualidad tántrica la finalidad no es la misma que en
la sexualidad convencional occidental, donde actualmente sólo se busca el
orgasmo masculino o femenino. En el caso femenino la sexualidad mal
entendida, hace que muchas mujeres sufran trastornos sexuales
inducidos generalmente por una memoria celular traumática de nuestros ancestros
y que, evidentemente, se somatiza en el origen de nuestra vida, de ahí muchas
veces la dificultad para poder concebir. Sin embargo, la finalidad de la
sexualidad tántrica es concebir un ser en estado puro, no el orgasmo. Esto
se consigue aprendiendo técnicas de relajación y concentración muy potentes,
que deben realizarse sin prisas, donde hombre y mujer se limpian de toda carga
mental, emocional y física y entran en un estado puro para concebir un ser
puro.
Otra diferencia de la
sexualidad tántrica con la convencional es que no se puede practicar sin amor
verdadero, pues entonces pierde su esencia y la concentración y sensibilidad
necesarias para preparar al cuerpo para que llegue al estado perfecto de poder
recibir y concebir, donde hombre y mujer desarrollan de igual modo tanto su
lado femenino como su lado masculino, convirtiéndose en uno sólo y del cual
surgirá el fruto de otro ser con la misma esencia.
Algunos os preguntaréis:
¿pero cómo se hace eso? Como os digo, puede conseguirse realizando sesiones
tántricas en las que se combinan técnicas de meditación, respiración,
ejercicios del músculo perineo, tanto para el hombre como para la mujer, equilibrado
de chakras, canto de mantras, alimentación adecuada, etc. y cuyo conjunto crea
la atmósfera adecuada para que el cuerpo físico entre en el estado óptimo de
relajación para poder concebir naturalmente. Evidentemente, estas técnicas sólo
son factibles en los casos en los que se haya descartado una patología real
diagnosticada y en cuyo caso la medicina alopática tiene un papel importante y
decisivo en su resolución, pero sí para mujeres que no pueden concebir por
motivos relacionados con estrés, falta de concentración, vivir bajo el factor
tiempo, etc.
Hay que tener en cuenta
que una sesión tántrica no se puede realizar bajo el dominio del reloj,
estas sesiones pueden durar horas. En algunos casos, la pareja debe planificar
el momento en el cual dispondrá de varias horas para poder entregarse
libremente y sin presión a ellos mismos, a sentirse primero en conexión con
ellos mismos y después con el otro. No vale el “aquí te pillo, aquí te mato”,
pues eso sólo aportará más tensión emocional al momento y mayor dificultad para
nuestro objetivo.
Durante mucho tiempo, la
sexología y la psicología han dicho que hay que ocuparse del otro, de su
placer, etc., lo que nos origina un estrés mental de compromiso y obligación en
muchos casos y esto dificulta aún más un acto que debería ser totalmente
natural, donde sólo hay que escuchar a nuestro ser interior para saber qué
necesita y le gusta, pues no se puede compartir placer si uno no lo siente
consigo mismo. De esta forma, si nuestra pareja ve que disfrutamos, no hace
falta que se preocupe de qué tiene que hacer o decir para nuestro bienestar y
disfrute máximo, pues recíprocamente ya lo hacemos sólo por el hecho de
compartir visualmente ese momento y a través de la expansión de nuestros
sentidos. Esto debería bastar para encontrarnos en un momento sexual pleno y
satisfactorio para ambos. Normalmente, las personas que buscan constantemente
probar cosas y la estimulación mental para tener una vida sexual plena y
satisfactoria es síntoma de carencia de afectividad y emocional, no
necesariamente por parte de su pareja, pues puede ser debido a un trauma en su
memoria celular, ancestral. Todo esto te enseña la sexualidad tántrica.
Si has leído este artículo
y te sientes identificada/o con ello, o conoces a alguien que pudiera estarlo y
le pareciera interesante, por favor, compártelo. Si te animas a ponerte en
contacto, estaré encantada de recibiros. Sé que os picará la curiosidad de
buscar información sobre todo en internet al respecto después de leer todo
esto, pero cuidado con lo que buscas en internet por Tantra, casi todo es
prostitución encubierta. Un abrazo enorme.
Namaste.
María Muñoz, especialista
en Sexualidad Tántrica, Terapeuta y Directora de Energía Viva Y Tú,
S.L.U.
MAS INFORMACIÓN SOBRE FERTILIDAD
Muy interesante el artículo, aunque no estoy del todo de acuerdo sobre que a partir de los 35 años, no es la mejor edad para concebir. Mi mujer acaba de tener una hija a los 39 años, y yo tengo 41. Es cierto que no se tiene la misma energía ni la paciencia que siendo más joven, aunque esto depende de la persona, no de la edad, como todo. Hay que tener en cuenta las circunstancias socioeconómicas del país donde se vive, y que eso afecta también al momento de la concepción. No es lo mismo aplicar el tantra de la fertilidad en la India que en Occidente, pues las sociedades y sus circunstancias son diferentes, y creo que por mucho que se busque el origen y la pureza, no queda más remedio que adaptarlo a nuestro modo de vida, que obviamente puede corregir sus excesos y defectos, pero no sustituirlos por modos de vida ajenos y muy distintos. Es el problema que veo que tienen muchas disciplinas orientales, que no nos son propias ni espiritualmente ni culturalmente, no se pueden simplemente extrapolar a nuestras formas de vida, necesitan una adaptación. Nuestra sociedad occidental está muy alejada de lo natural, de los ritmos de la existencia, porque somos una sociedad industrial y urbana, aunque mucha gente esté volviendo al campo y a la vida rural. Pero ojo, no es la vida rural de nuestros abuelos, sino una reinterpretación urbanita de filosofías orientales o nativo americanas. Todo está relacionado, la locura consumista, la crisis de valores, el mercantilismo y utilitarismo con el que medimos todas las cosas. Sólo parar el ritmo y serenarse ya es un éxito. La sexualidad también está influida por eso. Yo mismo soy un hombre sexualmente frustrado, pero aún no sé si esa frustración viene por una mala concepción productivista del sexo o por deseos no satisfechos. En un vídeo sobre el Tantra, María sostenía que en la mujer residía la "responsabilidad" de ser la guía de la sexualidad de su pareja, como así se considera en Oriente. Si la mujer no conoce su cuerpo ni su propia sexualidad, nunca podría guiar al hombre en un sexo místico más satisfactorio, que no buscara el orgasmo consumista y mecánico como única meta. La sociedad machista, que tanto esclaviza al hombre como a la mujer, ha hecho infelices sexualmente a ambos. Sobre esto hay mucho escrito y movimientos post-feministas que reivindican incluso una lucha política para tomar el control sobre sus propios cuerpos y actitudes sexuales. En el fondo, se busca lo mismo partiendo de diferentes caminos. Liberarse de viejos dogmas y ataduras para ser más libre y felíz. Muchas gracias.
ResponderEliminarHola Juan:
ResponderEliminarGracias por tu comentario y punto de vista que es muy bien venido. Sólo añadir mi granito de arena respecto a la edad de 35 años y la concepción. Y es que lo que parece bastante claro desde el punto fisiológico es que a partir de los 35 años en la mayoría de las mujeres la calidad de los ovulos comienza disminuir y eso puede dificultar la concepción y puede haber más probabilidades de problemas en el feto, como por ejemplo síndrome de Down. Eso no impide desde luego, que haya embarazo y que el bebe concebido sea sano. En mi caso personal te puedo decir que yo he sido madre a los 40 y mi marido tenía 44.
Gracias por tu enriquecedor comentario.