domingo, 3 de febrero de 2013

MANDALAS PARA MEDITAR

Mandalas MEDITACIÓN ACTIVA.  


Existen muchas técnicas de meditación, teniendo todas ellas como objeto llegar a un estado que nos permita escucharnos, escuchar nuestro cuerpo y nuestro alma. En estado de meditación, empezamos a controlar los pensamientos de nuestra mente y a centrarnos en lo que nuestro interior nos está susurrando constantemente.

Al hablar de meditación, generalmente  nos imaginamos,  en silencio, inmóviles, respirando pausadamente, sentados en la postura del loto. Pero es posible meditar de forma activa, un ejemplo de ello es la meditación con Mandalas.

Los mandalas son figuras generalmente circulares y simétricas que se han utilizado desde hace miles de años, en todas las culturas del mundo como figuras sagradas, de protección y meditación, para conectar y concentrar la energía. Desde China hasta América, encontramos mandalas de diferentes estilos, todos con connotaciones espirituales. En nuestra cultura podemos ver claros ejemplos de mandalas en los rosetones de las iglesias.

La palabra mandala procede del sánscrito y significa "círculo", el término que utilizan en el tibet, para nombrar el mandala es dkyil-‘khor, que significa "aquello que rodea a un centro". Es interesante percatarse de que el círculo en la geometría sagrada, es considerado el símobolo de la sabiduría perfecta, el todo, porque no tiene ni principio ni fin. 

Para Carl  Jung psiquiatra contemporaneo de Sigmund Freaud, el mandala representa el incosciente de la persona y lo expresaba de la siguiente manera: "El mándala auténtico, es siempre una imagen interior que sólo se construye gradualmente por medio de la imaginación (activa), y sólo cuando existe una perturbación del equilibrio anímico o no se puede encontrar un pensamiento y por ello ha de ser buscado." (1)

Para meditar con un mandala, si es nuestro primer contacto, recomendaría:
  • Elige un mandala prediseñado que podemos encontrar en internet o bien en libros específicos.
  • Busca un lugar tranquilo donde crear un ambiente adecuado con música e incienso.
  • Coloca en la mesa todo el material necesario para colorear, de esta manera lo tendrás accesible para evitar distracciones. 
  • Realiza varias respiraciones profundas pensando en relajar todos los músculos.
  • Elige los colores a utilizar (como experiencia puedes hacer la elección con los ojos cerrados) y comienza a colorear.
  • Al colorear mantente en silencio e intenta prestar atención a tus sensaciones y pensamientos. 
  • Al finalizar de colorear tu mandala, dedica unos minutos a observarlo, concetrándote en su centro y embeberte de su energía, que es TU ENERGÍA.

Coloreando el mandala estás trabajando tu interior, de forma inconsciente y ten presente que todo tiene un porque, el mandala que eliges, los colores y hasta el lugar por donde comienzas a colorearlo.



Puedes encontrar libros muy interesantes que te guiarán sobre cual es el mandala y colores que debes elegir en función de lo que quieras trabajar, la autoestima, el estres..., pero desde mi punto de vista, para empezar, recomiendo dejarse fluir y sentir lo que nos transmita nuestro interior, porque si te dejas guiar por él al colorear, entonces, estás escuchándote y concetando contigo.



(1) Jung Carl Gustav. Psicología y Alquimia. Febrero 1989 Ed. Plaza y Janes Editores





                                                                                                                                            Diana Nieto Blázquez

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