sábado, 30 de abril de 2016

EL NIÑO INTERIOR




EL NIÑO INTERIOR.

Hoy hablo de una técnica que nos ayudará a contactar con nosotros a través del "niño" que cada uno  tenemos dentro.

Esta técnica consiste en conectar con ese niño que fuimos y que aún vive en nosotros, para que le demos todo aquello que necesita, todo aquello de lo que carece, todo aquello que en su niñez no recibió, porque el adulto que somos se resiente de ello y es el resultado de nuestra niñez.

Seremos nosotros mismos, el adulto de ahora, el que proveerá a su niño de lo que necesita, amor, comprensión, cariño, cosas materiales, todo lo que nos pida.

Para sanar nuestro niño interior como siempre, el primer paso es la relajación, así que  buscaremos un lugar tranquilo, donde estar solos, sin distracciones, crearemos un ambiente en el que estemos agusto, con unas velas, algo de incienso, nos situaremos cómodamente, tumbados, siempre evitando cruzar las piernas y con los brazos a ambos lados de las piernas o sentados en una silla apoyando los pies en el suelo, preferiblemente descalzos, manteniendo la espalda recta. En esta postura haremos varias respiraciones profundas, imaginando que con cada inspiración recibimos energía  limpia, energía vital y en cada espiración imaginaremos que eliminamos lo negativo, las preocupaciones las tensiones.

Tras realizar  la serie de respiraciones, nos imaginaremos en un lugar que para nosotros sea nuestro paraíso, nuestro lugar especial, donde estés seguro y puedas controlarlo todo y ahí, en ese lugar te vas a imaginar de niño, te vas a ver nítidamente como un niño a la edad que surja, vas a ver cómo vistes, cómo tienes el pelo, qué es lo que estás haciendo. En ese lugar os encontráis ambos, tu yo niño y tu yo actual.

Estáis los dos en el lugar que tú has elegido, tú como adulto  y como niño y es ahora cuando llega tu momento. Tu yo adulto, el  yo de actúal, se acerca al niño y le pregunta, ¿qué necesitas?, ¿qué puedo hacer por ti?, le dices al niño que tú estas ahí para todo lo que él necesita, para quererle, para protegerle, para darle todo lo que necesite, material o inmaterial, que siempre te tendrá a ti para lo que necesite, que nunca estará solo. Ahora escucha lo que tu niño te diga, abrázale, ámale, dale todo lo que necesite, un viaje, un abrazo, una frase, un juguete,... eso será tu sanación, eso reparará tu herida, porque  entre otras cosas tu mente creará  un nuevo circuito neuronal para esa experiencia, que en este caso es más placentera  y por tanto la que tenderás a traer a tu mente cuando recuerdes, lo que no quiere decir que no distingas los hechos reales de los imaginados.

Cuando hayas terminado de estar con tu niño, despídete de él abrázalo,  dile que te tendrá siempre que lo necesites, que le quieres, le amas y le proteges, que sepa que siempre que te necesite te puede llamar.


Repítelo cuantas veces desees y veras como vas sintiéndote más sereno, más aliviado porque sabes que siempre habrá alguien contigo.

Si crees que no puedes hacerlo solo busca la ayuda de un facilitador, un psicólogo, psicoterapeuta u otro terapeuta especializado.


Diana Nieto Blázquez © Copyrigh



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