Desde
pequeña siempre he querido saber quiénes somos y cómo funcionamos.
Según
fui creciendo mi curiosidad sobre qué somos, de dónde venimos y cómo
funcionamos, tanto en lo físico como en lo espiritual, fue en aumento. Por eso
con el tiempo y en mi búsqueda me aproximé
al mundo de la hipnosis y así experimenté por primera vez una regresión, buscando respuestas sobre mi misma y al mismo tiempo,
sobre la existencia de otras vidas, la existencia del alma o el origen de
ciertos comportamientos, traumas y los miedos.
Pues
bien, como muchas otras personas, antes de probar por mí misma la experiencia
de una regresión, la única referencia que tenía al respecto era alguna lectura, en mi caso había leído
"Muchas vidas, muchos maestros" del psiquiatra Brian Weiss y alguna
película en la que se plasmaba como a partir de una regresión una persona podía
averiguar el origen de su fobia o que
había vivido otras vidas, había tenido
otra familia.
Lo que
yo puedo decir tras haber experimentado
varias regresiones mediante distintas
técnicas y también haber ejercido como
facilitadora, es que sigo sin saber si realmente existen otras vidas, o mejor
dicho hablaré de mi misma, sigo sin saber si realmente yo he experimentado
otras vidas. Lo que sí puedo decir es que mediante esta técnica se puede llegar
a un estado alterado de conciencia que genera imágenes, pensamientos y por
tanto sensaciones y emociones, cuyos escenarios, en ciertas ocasiones,
evocan otras épocas, otros lugares
y otras personas.
Para mí,
lo importante no es realmente saber si hemos vivido otras vidas, sino saber, por
qué nuestra mente en ese estado de relajación y concentración profunda, genera
esas imágenes, esos pensamientos y no otros, no olvidemos que es en la mente
donde se generan los pensamientos, por tanto es el vehículo que nos permite
vivir la experiencia. Si nuestra mente crea algo se debe a que en ella hay
referencias e información que genera determinadas imágenes. Ahora bien, esas
expresiones que se generan no tienen porque se literales, es decir nuestra
mente interpreta y transforma, de hecho cada persona percibe las mismas experiencias de forma distinta, porque
sus referencias y vivencias son distintas.
A lo
que voy, esas imágenes, recuerdos o sensaciones que se generan durante una
experiencia regresiva, pueden ser construcciones irreales de nuestra mente
(interpretaciones), o no. Pero lo genial de esto es que si salen a relucir es
porque algo existe, algo hay que
trabajar, algo hay que tiene que salir y expresarse, aunque creo que debemos tener muy presente que estas
expresiones pueden ser metáforas, de lo que realmente sucedió, de lo que
realmente nos preocupa, de lo que realmente tenemos que resolver.
Y el
otro punto importante en el que yo
creo verdaderamente por mi experiencia,
es que si tu intención al realizar una
regresión, es resolver algo, que te frena, que te impide ser tú, distanciándote
de tu felicidad, esta técnica sí que te puede ayudar, ( siempre y cuando estés
receptivo aunque esto es así con
cualquier, técnica o terapia), porque cuando eso que estaba latente en tu
interior emerge de la forma que sea, "metafóricamente" o no, se verbaliza
y se "recuerda", produciéndose un cambio en el cerebro, algo que
nunca había emergido por fin se expresa y esa es la diferencia, ese es el
"clip", a partir del cual muchas cosas pueden cambiar. Aunque quizás
en un principio no seas consciente de que algo cambia, es posible que al cabo
de un tiempo, puedas percibir un antes y un después, cuando mires hacia atrás.
Una
recomendación final cuando te sometas a una sesión de regresión para avanzar o resolver algo en tu vida:
- Busca una persona que te demuestre lógica y racionalidad, porque es importante estar en el aquí y en el ahora puesto que vivimos aquí, en este momento.
- No realices la experiencia en grupo, es tu interior el que se explora y para conectar con él, lo mejor es el recogimiento.
Espero
que este punto de vista te sirva de ayuda.
Diana Nieto Blázquez © Copyright
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